Hay una diferencia entre la col cultivada como producto fresco de mercado, cuya plantación es prácticamente continua, y la col blanca industrial, cuya siembra se realiza en parte de forma directa. La siembra tiene lugar desde finales de abril hasta mediados de mayo. Para minimizar el riesgo (por ejemplo, problemas de emergencia o plagas de alticinos), se siembran 3 granos en el mismo punto a una distancia de 5 cm y separados con una azada de mano en la etapa de 4-6 hojas. La elección de la variedad depende del uso que se le vaya a dar (producto industrial o producto fresco de mercado) y de la fecha de recogida prevista.
Por lo general, el riego es necesario cuando la producción esperada es superior a 1000 dt/ha. La mayor demanda de agua tiene lugar durante el crecimiento (de mediados de julio a mediados de septiembre). El número de aplicaciones para proteger el cultivo oscila entre 7 y 14 tratamientos en función de la intensidad. Normalmente se aplican una o dos veces herbicidas y una fungicidas, mientras que las aplicaciones restantes son de insecticida.
La cantidad de daños provocados por el alticino es muy importante en la fase de inicio del crecimiento, mientras que los efectos del pulgón de la col y de varias especies de oruga se combaten cuando la planta está más desarrollada.
Unidad/ Tn. De producción
Unidad/ Tn. De producción
N
2.8
2.1
Muy sensible
P2O5
1
0.8
Sensible
K2O
3.8
3.2
Muy sensible
MgO
0.5
0.3
Sensible
SO3
3.5
2.9
Sensible
TE
200 g/ha boron (B)
Primera aplicación
Segunda (y tercera) aplicación
Abonos de nitrógeno, fósforo y potasa antes de la plantación El aporte básico de nitrógeno varía en función del tipo de plantación. Si se siembra directamente, lo normal es aplicar 60 kg de N/ha antes de sembrar. Si se planta en el exterior, la aplicación debería aumentarse a 100 kg de N/ha, ya que la demanda inmediata de nitrógeno de la planta es mucho mayor en esta etapa. Para la plantación temprana bajo cubierta, lo normal es un abonado básico de 150-160 kg de N/ha. En los suelos equilibrados, se aplican 60-90 kg de P2O5/ha, en función del nivel de producción. Comparada con otros cultivos, la col requiere cantidades relativamente pequeñas de fósforo. Asimismo, el abonado de potasa varía considerablemente entre 230 y 350 kg de K2O/ha debido a las grandes diferencias de producción y, además, cuando hay grandes cantidades se divide en dos aplicaciones. Se recomienda utilizar abono NPK en la primera aplicación. Al mismo tiempo se suple la demanda de azufre.
Cuando el abonado de nitrógeno se basa en resultados Nmín, el momento correcto para el muestreo es en la etapa de 6-8 hojas (después del aclareo) a una profundidad de 0-60 cm. La cantidad de nitrógeno que falta todavía (valor nominal - abonado básico - Nmín) se divide en 2 aplicaciones cuando la demanda total es superior a 100 kg de N/ha. Las existencias tienen que estar secas en ese momento. Hay que prestar especial atención al uso de nitrógeno en forma de cianamida, que no debe aplicarse ni justo antes ni justo después de los herbicidas. El mejor momento para las dos dosis principales es justo después del aclareo y unas 3 semanas después. Suplemento de boro con el abono líquido Por norma general, se aplican 200 g de boro/ha en forma líquida con una elevada cantidad de agua, evitando la aplicación en días muy calurosos. Cuando el pecíolo de la hoja se raja e indica que hay carencia, la aplicación debería repetirse después de 1-2 semanas. La sequía y/o los valores de pH superiores a 7 aumentan el riesgo de carencia.
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